Con la organización de la Federación Mundial de Trasplantes, y patrocinio del Comité Olímpico Internacional, los Juegos Mundiales de Trasplantados congregan en un evento polideportivo a atletas que han sido receptores de órganos. Argentina contó con 14 representantes en su última edición, en la obtuvieron 27 preseas; Juan Pablo Juarez consiguió el récord mundial en categoría 60-69 años. “Llegar al Mundial representó un desafío enorme para cada atleta. Se vivió con mucha felicidad”, expresó Romina Pérez Manelli -medallista e integrante del INCUCAI- a CORONADOS DE GLORIA, además de compartir detalles del evento y su contribución a la vida plena de quienes reciben trasplantes.
El deporte como herramienta de transformación llega a espacios poco conocidos por el común de la agenda social y mediática. Uno de esos aristas es el de la contribución que tiene para las personas que recibieron un trasplante de órganos. “Más allá de la competencia, de probarnos a nosotros y que sea una instancia de superación, se suma la posibilidad de conocer e intercambiar con otras personas que pasaron por vivencias similares. Esto hace que la red de contención pueda ampliarse entre pares”, contó al respecto Romina Pérez Manelli, deportista de la delegación argentina que asistió a los Juegos Mundiales de Trasplantados.
La cita polideportiva se desarrolló en Australia en el mes de abril. Hasta allí, con mucho esfuerzo, los atletas albicelestes arribaron en un grupo de 14 personas. “A toda la delegación le costó muchísimo llegar a este mundial. Era lejos, muy costoso y el país está en un momento económico muy complejo”, remarcó Romina, agregando que “llegar al Mundial representó un desafío enorme para cada atleta, por lo que estar allá y poder vivir cada día de competencia se vivió con mucha felicidad”. Fruto de ese sacrificio, contó, “pudimos traer 27 medallas. Un gran logro”.
Uno por uno
Nucleados en ADETRA (Asociación de Deportistas Trasplantados), portaron los colores celeste y blanco: Vilma Achuma (Salta), Martín Belzunce (CABA), Mateo Coccaro (Buenos Aires), Ezequiel Correas Espeche (Buenos Aires), Juan Cortés (Mendoza), Fabiana Farjat (Salta), Braian Fernández (Buenos Aires), Elizabeth Gismondi (Neuquén), Julián Gómez (Santa Fe), Juan Pablo Juarez (Tucumán), Rosana Mateos (Mendoza), Carlos Monhen (CABA), Romina Perez Manelli (Buenos Aires) y Enrique Solis Molina (Chaco).
Las medallas obtenidas fueron de la siguiente manera: Martín Belzunce (categoría 40-49) oro en atletismo 800m, 1500 y 5km, con el tiempo más rápido para las tres categorías en las que participó; Mateo Cocaro (categoria Junior) oro en natación 50m libres, 100m libres y 200m libres; Ezequiel Correas Espeche (categoría 50-59) bronce en tenis de mesa single; Juan Cortes (categoría 70-79) plata en petanca y salto en largo, bronce en lanzamiento de jabalina; Fabiana Farjat (categoría 50-59) bronce en 50m espalda, natación; Braian Fernández (categoría 18-29) oro en 50m espalda, 100m espalda, 200m llibres y 200m medley, además de plata en 50m libres; Julian Gómez (categoría 18-29) lata en 100m pecho y 200m libres, bronce en 100m libres; Juan Pablo Juarez (categoría 60-69) oro en 800m y 1500m, con récord mundial para su categoría; Rosana Mateos (categoría 50-59) oro en lanzamiento de jabalina, bala y ball throw, plata en lanzamiento de disco; Carlos Monhen (categoría 50-59) bronce en tenis single; y Romina Perez Manelli (categoría 30-39) bronce en tenis de mesa single.
Experiencia para atesorar
Romina Pérez Minelli refleja la importancia de haber tenido esta intervención altruista y exitosa para recuperar su salud. “Recibí mi trasplante a los 15, hace casi 23 años. En ese momento decían que iba a poder tener una vida normal. Hoy soy abogada, mamá de Cata de 11 años y ahora también puedo representar al país en los Mundiales. Me dijeron que iba a tener una vida normal pero no que mi vida iba a ser tan maravillosa. Hoy disfruto de muchas cosas, mi hija, mi madre, mis trabajos, el deporte, mis amigas… En fin, disfruto la vida al 101%. Si alguien me decía que mi vida iba a ser así no le hubiese creído”, reconoció.
Respecto a la participación mundialista, la segunda para su carrera, retrató que “fue maravilloso. Desde que participé por primera vez de un Mundial en 2019 me propuse viajar siempre ya que es una experiencia hermosa, donde represento a mi país y comparto muchos momentos con personas que pasaron por cosas como yo. Fue un esfuerzo grande a nivel económico -ya que fue íntegramente autofinanciado- pero valió la pena”.
Combatiendo los prejuicios
La falta de información -y la repudiable desinformación que se potenció por estos días en medios y redes sociales- acerca de los trasplantes de órganos generan un alejamiento de las posibilidades de mejor calidad de vida que pueden tener las personas. Por tal motivo, es muy importante que quienes atraviesen esta práctica médica puedan estar al tanto de que el deporte es una herramienta que funciona como trampolín para su cuerpo: “Primero, la actividad física es muy importante para el cuidado y mantenimiento de la salud. Segundo, en estos encuentros va a poder encontrar nuevas personas con quienes charlar y poder tener una red de contención”, comentó Romina.
“Cuando a las personas les decís que tenes un trasplante primero se asombran, después tienen algo de miedo y por último hacen mil preguntas. Por ejemplo, el año pasado cuando participé de los Juegos Bonaerenses, al final de los días de competencia y después de tener un poco más de confianza, quienes estaban a cargo de la organización de mi municipio me confesaron que tuvieron miedo y que no sabía qué podía pasarme”, recordó la deportista, explicando con naturalidad: “Nuestro entrenamiento no es diferente al de las demás personas. Solo tenemos un trasplante y los cuidados de nuestra salud son diferentes pero los entrenamientos son iguales, al mismo ritmo y con la misma intensidad”.
Cabe resaltar un detalle que pasa inadvertido, pese a ser muy lógico: “Tenemos nuestros trasplantes, que son órganos que están sanos. La diferencia está en que nosotros tomamos remedios y tenemos más controles de salud. Pero después somos iguales. Si miras los tiempos que hacen atletas tx (tx= trasplantados o trasplante) en natación o atletismo vas a ver qué son bastante parecidos a los de una persona sin tx”, planteó en un claro ejemplo de que trasplantes y actividad física pueden ir de la mano.
En el ámbito de competencias formales cuentan con dos instancias exclusivas para personas que recibieron un trasplante: los Juegos Nacionales y los Juegos Mundiales. Además, desde el año pasado se ha incorporado su participación en una segmentación de los Juegos Bonaerenses. “Lo más lindo de las competencias, para mí, es la posibilidad de conocer personas que pasaron por experiencias parecidas a la mía. Podemos formar redes de contención no sólo emocional sino en información”, resaltó la atleta y abogada que integra las filas del INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante), entidad estatal encargada de llevar adelante los protocolos que implican los procesos de trasplantes y su contexto integral.
La Ley Justina (27.447) dispone que “toda persona capaz mayor de 18 años” es posible donante de órganos o tejidos, salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario. Entonces, antes de hacer una ablación (extracción), los médicos deberán corroborar si el donante en vida informó su negativa. La Ley fue impulsada por la pequeña Justina Lo Cane, quien falleció a la espera de un corazón compatible.
En primera persona
La noticia del ingreso en la lista de espera por un trasplante representa un antes y un después en la vida de no sólo el o la paciente, sino también en su entorno cercano, iniciando un camino de especiales expectativas. En el caso de Romina Pérez Minelli, ese registro por la necesidad de ablación cardíaca se hizo realidad en el mes de junio del año 2000. “Tenía 15 años. Recibí mi trasplante el 28/12/2000. En ese momento solo pensaba en volver al cole y terminar con mis compañeras”, recordó.
Luego de la intervención pudo terminar el ciclo escolar a término, ingresó al CBC y más tarde a la carrera de abogacía en la prestigiosa UBA. Después de 18 años, con más de 30 internaciones en los últimos 5 años (incluida una cesárea), pudo finalizar la carrera.
“Hasta el 2015 no hablaba mucho de mi tx, no lo veía necesario. La gente no anda por la vida diciendo si le sacaron una apéndice o si tiene alguna otra cosa”, explicó. Sin embargo, cuando en el mes de marzo del año 2015 leyó una información mal redactada sobre este tema tuvo un gran impacto en ella y decidió usar su voz. “En marzo de 2015 leí una información mal redactada que causó un gran impacto en mi. “La noticia decía algo así como que había fallecido la persona con más años de tx cardíaco de Latinoamérica. Esta persona tenía 14 años de tx cardíaco y ese año yo iba a cumplir 15 años de tx cardíaco. Luego de leer eso me puse en contacto con INCUCAI y mis médicos para saber qué tan así era”, relató.
Desde aquel quiebre, Romina tomó la iniciativa de formar una asociación civil: Corazonarte. En ella brindan información sobre donación y trasplante a la población en general, a pacientes y sus familias. La situación se ha extrapolado, encontrando un propósito para ello: “Ahora sí hablo de mi tx, porque entendí que hay personas a las que podemos ayudar contando que después del tx hay mucha vida”.
A lo largo de su vida estuvo siempre ligada al deporte, generalmente en el basquet y hockey. Pero, al no ser estas prácticas muy habituales en quienes recibieron un tx, se encaminó a la búsqueda de otra disciplina. “Es así como encontré el tenis de mesa. Desde 2018 entreno, ahora en el Club Defensores de Santos Lugares. Participé de los Juegos Nacionales en Salta 2018 (Oro, Cat 30-39), en los Juegos Mundiales New Castle 2019, en los Juegos Bonaerenses 2022 (Plata cat tx mixto) y los Juegos Mundiales de Perth 2023 (bronce cat 30-39). En septiembre participaré nuevamente en los Juegos Bonaerenses 2023“, repasó.
Respaldo
Acerca del apoyo que reciben para poder desarrollar este tipo de competencias, representando al país, Romina compartió con CORONADOS DE GLORIA que para estos Juegos Mundiales “la Secretaría de Deportes se comprometió a pagar 10 becas, que eran 10 millones de pesos. Ahora supuestamente van a devolver a algunos atletas que se tuvieron que comprar los pasajes de su bolsillo, ya que la plata no llegó a tiempo. De esto dependía que viajen al rededor de 10 atletas, de los que terminaron viajando 4”. Además, la team manager, recibió la colaboración del laboratorio Gador. “Los 9 atletas restantes, en los cuales me incluyo, el dinero salió de nuestros bolsillos y de algunas donaciones que recibieron algunos de mis compañeros”, finalizó.