Y, un día, el milagro del básquet de Argentina llegó a su límite. La dolorosa derrota de la Selección masculina, que la dejó sin posibilidades de jugar el próximo Mundial, generó una ola de repercusiones que dan cuenta de la falta de sostén, corriendo del foco lo netamente deportivo y llamando a la reflexión. Sofía Aispurúa, jugadora argentina en Italia, apuntó: “Los que solo dan la cara cuando algo sale bien dejan mucho que desear y son los que menos se hacen cargo”.
La dura caída de la Selección Argentina de baloncesto frente a República Dominicana -ahora dirigida por el recién salido entre polémicas Ernesto “Che” García- terminó de encender el fuego en un ambiente minado de desprolijidades. Argentina llegaba a la sexta y última ventana FIBA con serias chances de obtener el cupo mundialista pero, tal como sucedió en lo conseguido en las eliminatorias hacia China 2019 (luego con un subcampeonato histórico), el motor de las esperanzas estaba sólo alimentado por el esfuerzo y amor por la camiseta de los jugadores, que hasta volaron en tiempo récord para aterrizar en el país y sumarse al plantel para la definición (como lo hicieron Facundo Campazzo, Gabriel “Tortu” Deck y Nicolás Laprovittola) y dejaron de lado situaciones personales límites, tal como Campazzo agradeció el compromiso de Marcos Delía.
Esta derrota no hizo más que dejar al descubierto el sacrificio de los protagonistas, quienes no recibieron reproches de los hinchas sino, por el contrario, una infinidad de aplausos y agradecimientos en un momento difícil de digerir.
En llamas
Luego del abucheo generalizado que el Polideportivo Islas Malvinas propinó al presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB), Fabián Borro, antes, durante y después del partido, referentes del deporte argentino expresaron su malestar por la situación dirigencial que atraviesa la disciplina, reflejado en lo sucedido con El Alma el pasado domingo.
Los fanáticos, por su parte, no pudieron expresarse a través de las redes sociales oficiales de la Confederación, ya que las interacciones en comentarios fueron bloqueadas apenas consumada la caída del equipo en Mar del Plata. Sin embargo, Twitter -principalmente- estalló en publicaciones pidiendo acción -y hasta la renuncia- a la conducción actual del basquet nacional para revertir la situación en todas sus aristas y evitar mayores daños.
Voces del hartazgo
Alejandro Montecchia -ex jugador, integrante de la Generación Dorada que consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 luego de vencer al Dream Team de Estados Unidos en semifinales- recordó con un acotado pero voraz “yo te avisé” lo que en el año 2019 advirtió, en la previa de las elecciones que dejaron al actual presidente en el cargo: “Mientras Susbielles sigue usando la CABB para su carrera política hacia la intendencia de Bahía Blanca, Borro sigue sumando puntos para agarrar la CABB lo cual sería una tragedia. Futuro muy incierto e inquietante para el básquetbol argentino…”.
Sofía Aispurúa -jugadora histórica de la Selección Argentina femenina, actualmente en Techfind San Salvatore Selargius (Cagliari, Italia)- también compartió en redes sociales su enojo por la larga fila de decisiones que llevaron a que tanto su equipo como el masculino quedaran fuera del Mundial y en el límite para tener representantes en el basquet olímpico de París 2024: “La no clasificación de ambos seleccionados de basquet de Argentina a sus respectivos Mundiales debería llamar a todos a una reflexión. Las ganas, compromiso y voluntad de jugadoras y jugadores estuvo y siempre estará ¡Pero no alcanza!”.
A su vez, remarcó que no fue responsabilidad de los jugadores y cuerpo técnico la tristeza que aún a estas horas invade a la comunidad de la naranja: “Como jugadora e hincha de ambos seleccionados, no tengo nada que reprocharle a los protagonistas. Pero si puedo decir que los que están detrás, los que solo dan la cara cuando algo sale bien, dejan mucho que desear y son los que menos se hacen cargo. Me duele por los jugadores hoy, me dolió por las jugadoras el año pasado. Me duele por el deporte. Deseo profundamente que después de esto haya un cambio“.
En su descargo, la ala-pivote denunció episodios de censura a la hora de poner a la vista lo que sucede puertas adentro: “Buscan silenciarte de todas las maneras posibles. Sacan la opción de comentar en las publicaciones, te bloquean, te hacen desaparecer del mapa (como a mí y otras jugadoras que hemos hablado y manifestado cuando hicieron algo mal)”.
Cabe recordar que el combinado femenino quedó fuera de la posibilidad de obtener una medalla en los últimos Juegos Panamericanos -Lima 2019- por un grave error dirigencial: cuando debían enfrentar a Colombia, las jugadoras advirtieron que no poseían la indumentaria correspondiente para presentarse al partido. El plantel -por coincidencia del color azul con las cafeteras- debía contar con un equipo de color blanco en sus camisetas. Esto habría llegado como consecuencia de la “elección” que debieron afrontar antes de viajar, para abaratar costos en la delegación que las asistía: utilero/a o médico/a. La negligencia logística, que terminó de cerrarse con las colombianas firmando la planilla para llevarse los puntos, dejó por el suelo al himno entonado segundos antes de que se diera a luz lo faltante en el Estadio Dibós.
Hoy la hinchada naranja de Argentina solo pide una cosa: por sobre los nombres propios, trabajar para salvar al básquet argentino antes de que sea muy tarde.
