Luis De Ambrosio, profesor técnico, y Sebastián Tissera, arquitecto y actor, se convirtieron en los primeros oriundos de San Nicolás en trazar una hazaña vertical a casi 6.000 metros sobre el nivel del mar. El cerro Plata los recibió con sus gigantes 5.968 msnm en el mes de julio, consiguiendo dejar su huella en la historia con la cumbre invernal. “Lo imaginamos, lo deseamos y trabajamos bastante para esto, con muchas ganas, alegría, interés. Es una actividad que nos apasiona”, remarcaron en diálogo con CORONADOS DE GLORIA.
La dupla nicoleña de Luis De Ambrosio -31 años, profesor técnico y padre de familia- junto a Sebastián Tissera -48 años, arquitecto, actor y padre de familia- dejó recientemente su huella en lo más alto del Cerro Plata, uno de los tantos imponentes espacios naturales con los que cuenta la República Argentina.
A nada mas ni nada menos que 5.968 metros sobre el nivel del mar se encuentra lo más alto de la superficie donde lograron imponer su resistencia física y mental. Anteriormente habían conseguido otros grandes hitos en su trayectoria: Luis en expediciones al Cordón del plata, Neuquén y Catamarca; Sebastián en grandes montañas como el Pissis (Catamarca) y el Llullaillaco (Salta).
“Fue una experiencia extraordinaria. Venimos planificando expediciones a la montaña en invierno y en verano. En esta oportunidad decidimos realizar una salida de 6 a 8 días tomando como objetivo el ascenso al cerro Rincón en el cordón del Plata de 5.300 msnm. Contábamos con información meteorológica que los días 4to y 5to de la excursión serian buenos para intentar realizar el día de cumbre”, señalaron Luis y Sebastián a CORONADOS DE GLORIA.
La conquista
Algunas circunstancias cambiaron cuando llegaron al Parque Provincial Cordón del Plata: el clima, por un lado, y un accidente ocurrido ese mediodía (23 de julio) “por un grupo que intentó el ascenso al cerro Adolfo Calle 4270 m y estaban realizando el rescate, por lo cual nos pidieron colaborar y hemos podido dar una mano”, recordaron.
Como ambos llegaron desde San Nicolás al refugio, luego de viajar toda la noche y de allí partir hacia la montaña, con el cambio de la proyección climática reconsideraron su objetivo. Eso les hizo “pensar la posibilidad de intentar una cumbre más alta como las del cerro Vallecitos o la más importante, la del Plata”.
No parecía una locura, aunque sí sumaba más sacrificio a su aventura. “Contábamos con todo lo necesario: equipo, comida y ganas. El pronóstico del clima se había modificado presentando a los días 4 y 5 como muy ventosos y así sucedió, con ráfagas de viento de más de 100km/h (hemos podido medirlo con un anemómetro) y el día 6to, según pronóstico, tendríamos un día nublado en algunas horas del día con vientos de 50km en cumbre por la mañana y descendiendo la intensidad por la tarde noche”, detallaron los montañistas.
Como parte de la planificación habían ejecutado una minuciosa lista de las características con las que se iban a encontrar en dicha zona de montañas: una superficie de muchas piedras de diferentes tamaños y formas, transitarían mayormente un camino de piedras, pero en muchos sectores podrían tener hielo y nieve solidificada. “Nos encontramos que no había mucha nieve en esta zona de la cordillera este año, el viento la traslada hacia laderas más bajas y cauces de ríos. Las tormentas en invierno que vienen del oeste desde el Pacifico van precipitando la nieve y cuando llega a esta región ya no queda tanta, sumada a los vientos fuertes que la traslada hacia las zonas bajas y cauces de ríos y arroyos”, agregaron.
La cumbre
Acerca de las horas decisivas para emprender el viaje vertical, De Ambrosio y Tissera compartieron que su día de cumbre la habían pensado en 3 etapas: “normalmente para casi todos es así, primero llegar al Portezuelo (5100msnm), luego trasladarnos para montarnos en el filo final del plata (5600msnm) y desde allí ascender el tramo final hasta la cumbre”.
La salida del campamento fue luego de desayunar y abrigarse, alrededor de las 3:15 de la mañana. “La noche estaba muy clara y el clima había cumplido con lo pronosticado. Llegamos al portezuelo a las 8:30, justo para ver el amanecer. A la cumbre del Plata a las 14hs pudimos apreciar el Paisaje majestuoso e imponente de la Cordillera central de Los Andes con una vista privilegiada hacia el Aconcagua y emprendimos el regreso al campamento llegando para descansar a las 19hs”, relataron Sebastián y Luis.
Parte del equipo que llevaron para conseguir la cumbre fueron crampones para caminar sobre hielo y nieve que se va solidificando, piquetas, bastones, cascos y una cuerda. Sobre el ascenso, recuerdan que “fue muy duro. Estábamos mal descansados por las 3 noches anteriores en las que el viento no nos había permitido dormir bien, fuertes ráfagas de más de 100km/h y viento continuo durante las 3 jornadas previas”.
Experiencia completa
Llegar al objetivo fue el resultado de una tarea sostenida durante largo tiempo. “Lo imaginamos, lo deseamos y trabajamos bastante para esto, con muchas ganas, alegría, interés. Es una actividad que nos apasiona”, remarcaron, sin dejar de lado otros aspectos que vienen junto a la experiencia deportiva: “Es un gran deporte pero también es un camino de autoconocimiento, de relación muy fuerte con la naturaleza, de contemplación y meditación. Conlleva una fuerza de espíritu que siempre se nos va fortaleciendo. En un entorno también de comunidad de montañistas porque con quienes compartimos o nos encontramos en la montaña compartimos valores y búsquedas muy similares”.
Para esta aventura en particular, se prepararon durante todo el año en tres aspectos: la alimentación, el entrenamiento del cuerpo y la planificación del objetivo. “Nuestra preparación mental y psicológica la desarrollamos en manera individual, también la alimentación y entrenamiento. Y de manera conjunta acordamos los objetivos de la planificación y el plan de ascenso, equipo y comida. Nos preparamos tomando conciencia de dos condiciones fundamentales para entrenar: la aptitud y la actitud frente al desafío que vamos eligiendo”, explicaron Luis De Ambrosio y Sebastián Tissera a CORONADOS.
Camino al andar
Ambos tienen puntos fuertes en común, lo que les permite no sólo llegar sino hacer un camino compartido y enriquecedor. “Generalmente cuando bajamos de una montaña ya estamos pensando en la siguiente, siempre que aún no lo hallamos decidido antes. Compartimos el mismo interés y la misma forma de encarar las expediciones: estudiar la montaña con la información que está a nuestro alcance, consultar climatología y a otros montañistas que hayan estado por la zona, posibles rutas de acceso y lugares de campamento”, relataron los montañistas nicoleños.
Además, como parte del proceso, deciden realizar las excursiones de manera autónoma, sin depender de otras personas en su marcha o en los campamentos. “La intención es poder valernos por nosotros mismos en estos ambientes donde los seres vivos no habitan, montañas de 6000m o mas 6500 msnm”, señalaron.
El entrenamiento físico que ejecutan es variado e individual, de acuerdo a las posibilidades por las edades y dependiendo de los compromisos laborales y el tiempo de familia. Entienden que “así como vamos conociendo las montañas de la misma manera nos vamos conociendo a nosotros mismos, en cada desafío como responde nuestro cuerpo y cabeza ante estos objetivos”. Van al gimnasio, hacen caminatas, algunas actividades aeróbicas como correr y bicicleta, y en verano intentan sumar también la natación.
Aprendizajes
“Todas las montañas son especiales y de todas las expediciones podemos obtener aprendizajes, son extraordinarias oportunidades de autoconocimiento“, afirmaron. Desde las alturas, aprendieron a convertir dificultades en oportunidades y a fortalecerse a través de cada experiencia desafiante.
“Nos conectamos con nuestros antepasados, reviviendo una época de supervivencia y recursos limitados“, expresaron Luis y Sebastián, retratando que en las montañas se centran en las tareas fundamentales: caminar, comer y descansar, simplificando la vida a su esencia más básica: “Somos pequeños seres vivos en la vastedad del mundo, vulnerables ante la grandeza de la naturaleza“. Una de sus frases de cabecera es la de Gluaco Muratti, montañista experimentado, que señala que “en la montaña, no solo resolvemos problemas de ascenso, sino también nuestras propias luchas internas“.
Además, la camaradería es esencial en estas hazañas. “El trabajo en equipo es fundamental, y nuestra experiencia ha sido excepcional gracias a objetivos claros y prioridades bien definidas“, aseguraron los nicoleños. Es por eso que ya están trazando sus próximos objetivos, orientados posiblemente en Catamarca, Incahuasi (6500) en el verano y San Francisco (6000) en el invierno.
Puntapié para más montañistas
Tanto Luis De Ambrosio como Sebastián Tissera forman parte de un grupo que se llama YAAM (Yaguarones asociación amigos de la Montaña). Comparten este espacio, donde interactúan con muchas personas de la zona y del país, con el compartido interés por las actividades que se desarrollan en las montañas.
“Reconocimos que coincidíamos en ciertas búsquedas e inquietudes sobre posibles proyectos a realizar en las montañas. Así conformamos esta cordada, desde la base de intereses comunes, con similitudes en la manera de planificar las expediciones, coincidencias en que hacer y cómo hacer las excursiones en la montaña, con miradas coincidentes y por sobre todo, mismos criterios y valores comunes de cómo desarrollar la actividad del montañismo y todo lo que lo rodea”, afirmaron.
Cómo sumarse
Yaguarón – Asociación Amigos de montaña tiene como uno de sus objetivos dar a conocer y acompañar a quienes quieran realizar este tipo de actividades relacionadas con la montaña y en la montaña. En San Nicolás son varios los que se encuentran y comparten esta pasión, a la que se dedican.
Los que quieran sumarse pueden hacerlo, tanto para sumarse en posibles actividades y salidas, como para iniciarse en el montañismo. “Argentina con la cordillera de los Andes es un país muy rico y diverso en montañas de diferentes características geológicas, ambientales y culturales”, remarcaron los nicoleños, agregando que el “YAAM forma parte de la Federación Andinistas Argentinos desde donde se promueve, estimula y capacita a sus integrantes para la realización de esta actividad de forma segura y con libre acceso a las Montañas para todas y todos”. Lo pueden buscar en Facebook como YAAM – Yaguaron Asociación Amigos de la Montaña y tomar contacto para unirse a las travesías.
